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La cultura no puede ser democrática, la cultura debe ser anárquica, dejarla en manos de demócratas es permitir que la ineptitud de unos pocos dirija el patrimonio mas preciado de la mayoría. Si los demócratas no lo asumen abriendo cauces amplios de expresión a las minorías culturales, propiciaran su contaminación con ideologías de clara vocación antisocial.